Los poetas Garcilaso
y Boscán son protagonistas de dos sonetos, uno de Lope y otro de Cristóbal de
Castillejo:
A LA NUEVA LENGUA
—Boscán, tarde
llegamos. ¿Hay posada?
—Llamad desde la
posta, Garcilaso.
—¿Quién es? —Dos
caballeros del Parnaso.
—No hay donde
nocturnar palestra armada.
—No entiendo lo que
dice la criada.
Madona, ¿qué decís? —Que
afecten paso,
que obstenta limbos
el mentido ocaso
y el sol depinge la
porción rosada.
—¿Estás en ti, mujer?
—Negóse al tino
el ambulante huésped.
—¡Que en tan poco
tiempo tal lengua
entre cristianos haya!
Boscán, perdido
habemos el camino;
preguntad por
Castilla, que estoy loco
o no habemos salido
de Vizcaya.
Lope
de Vega
«Garcilaso y Boscán,
siendo llegados»
Garcilaso y Boscán,
siendo llegados
al lugar donde están
los trovadores
que en esta nuestra
lengua y sus primores
fueron en este siglo
señalados,
los unos a los otros
alterados
se miran, con mudanza
de colores,
temiéndose que fuesen
corredores
espías o enemigos
desmandados;
y juzgando primero
por el traje,
pareciéronles ser,
como debía,
gentiles españoles
caballeros;
y oyéndoles hablar
nuevo lenguaje
mezclado de
extranjera poesía,
con los ojos los
miraban de extranjeros.
Cristóbal
de Castillejo
Los dos poemas son sonetos con la misma
estructura: versos endecasílabos y rima consonante. En ambos poemas aparecen
los mismos personajes, los poetas Garcilaso y Boscán.
Los poemas son de distintas épocas: el
de Cristóbal de Castillejo es del siglo XVI, y el de Lope de Vega, entre el XVI
y el XVII, aunque los dos se refieren a poetas de principios del XVI.
El argumento es diferente: el de
Castillejo cuenta que los poetas amigos fueron a la tierra de los trovadores y
hablaban un nuevo lenguaje con una poesía extranjera (se refiere a la nueva
corriente que introdujeron en la península, el petrarquismo). El de Lope está
escrito en forma de diálogo entre los dos poetas y una posadera. También están
de viaje y hablan de una lengua que no entienden, como se si se hubieran
perdido. Tiene el tono burlesco que caracteriza a Lope.
El lenguaje del poema de Castillejo es
de mejor comprensión mientras que el de Lope (sátira del estilo culterano de Góngora), a pesar de ser un diálogo, es muy
culto y además aparecen palabras aparentemente inexistentes o muy infrecuentes
(por ejemplo la forma arcaica obstenta,
o depinge).
Marc Vaqué Vidal (1º BACH)
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